Las autopistas forman parte del día a día de la mayoría de la población. Son muchos los que a diario se desplazan por ellas para llegar a sus puestos de trabajo, llevar a sus hijos al colegio o disfrutar de su actividad favorita. Por ello, es trascendental que se encuentren siempre en perfecto estado, reduciendo al máximo los posibles riesgos de accidentes y que cuenten con un servicio con los más altos estándares de eficiencia para solventar cualquier incidente que pueda surgir en ellas.
Encargarse de la operación de estas vías no es una tarea sencilla y su complejidad aumenta cuando muchas de las actividades se deben desarrollar por la noche para minimizar la afección al tráfico. Con la caída del sol es habitual encontrar conductores distraídos. Además, una menor visibilidad puede provocar más eventualidades que acarrean una mayor peligrosidad a la hora de ser solventadas.
“Tenemos que hacer la mayoría de las reparaciones en periodo nocturno por requisitos del contrato de concesión y tampoco podemos elegir cuando un conductor va a necesitar ayuda en carretera. Ha habido varios incidentes en los que coches conducidos por gente que había consumido alcohol golpean a nuestros vehículos de mantenimiento”, explica Alberto González Lalueza, director de las Autopistas de Dallas de Ferrovial. “Afortunadamente, nunca hubo consecuencias personales importantes”, añade.
Con este telón de fondo y poniendo siempre en el centro la seguridad de sus empleados, Cintra empezó a buscar distintas alternativas a esta situación. El primer paso fue el uso de un vehículo de un mayor tamaño que tuviese integrado un atenuador, es decir, un dispositivo con capacidad para absorber los golpes. Pese a tratarse de una mejora que incrementaba de forma importante la seguridad de los empleados, era un vehículo poco ágil y no lo suficientemente eficiente para solucionar los incidentes en el tiempo deseado.
“Con el objetivo de mantener nuestro nivel de servicio a los usuarios y poniendo la seguridad por delante, nació ARMAD”, afirma el directivo de la división de Autopistas de Ferrovial.
Sus siglas en inglés responden a Dispositivo de Asistencia al Automovilista en Carretera Atenuado y se trata de un mini camión que cumple con todos los requisitos necesarios para poder llevar el atenuador.
“Este vehículo tailor-made que ha sido desarrollado durante más de seis meses, está diseñado para adaptarse a nuestras necesidades”, indica González Lalueza, que cita como ejemplo el hecho de que ARMAD no tenga una consola en el centro facilitando la salida del vehículo por ambas partes. Además, cuenta con numerosas luces y, al ser más liviano, permite mantener un alto nivel de eficiencia en las operaciones.
Tanto para ayudar a un conductor que se ha quedado tirado como para dar soporte a una situación de emergencia, los operarios cuentan con los recursos necesarios para solucionar estas situaciones sin necesidad de exponerse en la vía donde se circula a mucha velocidad.
Cintra ya cuenta con dos de estos vehículos en sus autopistas de Dallas-Fort Worth y espera incorporar otros dos vehículos adicionales próximamente para dar soporte en las tres autopistas que la compañía gestiona en la región.
El éxito de ARMAD no ha pasado desapercibido. En marzo fue reconocido por el Regional Transportation Council of the North Central Texas Council of Governments en el marco de la celebración de la semana nacional de sensibilización sobre la respuesta a los incidentes de tráfico.
“Hemos dedicado muchas horas de trabajo al diseño de nuestro ARMAD. Queríamos que fuese el vehículo más seguro, fiable y eficiente a la hora de responder a los incidentes en carretera”, asegura John Reneau, director de Mantenimiento de Carreteras de las autopistas LBJ, NTE y 35W. “Este vehículo permitirá a nuestros equipos mejorar nuestros procesos y procedimientos incrementando la seguridad de nuestros empleados”.
ARMAD ha tenido una gran acogida por parte de los trabajadores de estas autopistas, un éxito que también avalan las cifras. El número de asistencias en carretera se ha elevado hasta cerca de 2.500 en lo que va de año, sin que se haya producido ningún accidente.