La pandemia de la COVID-19 nos obligó a alejarnos físicamente de los demás y a reducir drásticamente las personas con las que estamos en contacto. La tecnología, sin embargo, nos dio herramientas para seguir en contacto, aunque adaptando las actividades. Eso mismo ocurrió con el voluntariado. Las necesidades sociales no desaparecieron durante la pandemia, todo lo contario.
La digitalización ha sido clave durante la pandemia para poder continuar con el trabajo iniciado por el equipo de voluntarios de Ferrovial.
El aislamiento y el parón económico han afectado especialmente a los más vulnerables. Por eso, fue importante encontrar formas de dar continuidad online a los programas de voluntariado que Ferrovial desarrolla habitualmente, ya que los traslados físicos se paralizaron hasta que estuviera garantizada la seguridad de los voluntarios.
Los programas de formación STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) se adaptaron rápidamente al entorno digital, como el programa Rescatadores de Talento en colaboración con la Fundación Princesa de Girona, se completó en el curso 2019-2020 y ha seguido online en el curso 2020-2021 con 39 mentores, lo que supone un incremento de casi el 45% de voluntarios. La Fundación selecciona a través de una plataforma online a jóvenes que son los primeros miembros de su familia en obtener un título universitario o de formación profesional y que no cuentan con una red familiar y social que les ayude.
También se adaptó al formato digital el programa Orienta T, que promueve la Fundación Junior Achievement y que hizo un esfuerzo por reorganizar todas las sesiones y metodologías al formato online. El objetivo de este programa es fomentar las vocaciones STEM en niños y niñas entre los 14 y 16 años.
“Para ayudar a los más vulnerables y garantizar la seguridad de sus voluntarios, Ferrovial utilizó la tecnología para hacer el trabajo de campo”
Había otro programa de voluntariado, el de Infraestructuras Sociales, que parecía más difícil de trasladar al formato online, ¿cómo sustituir una experiencia de 15 días en terreno por reuniones de Teams? Efectivamente no era fácil, pero gracias al compromiso de los voluntarios y de los responsables del proyecto, concluyó el primer asesoramiento online para el proyecto en colaboración con Fundación Codespa de mejora de abastecimiento de agua para el asentamiento humano El Ángel en Huaral, Lima. Supuso un gran reto, pero los resultados fueron excepcionales y el equipo de 4 voluntarios de Ferrovial consiguió, con la ONG sobre el terreno, mejorar los diseños y garantizar que todos los habitantes del asentamiento reciban agua de calidad de forma continua cuando acabe el proyecto.
Para Luis Lacorzana, Drainage Design Manager en Washington D.C. y voluntario del proyecto de mejoramiento del abastecimiento de agua potable en los asentamientos humanos de Poblado de El Ángel en la ciudad de Huaral (Perú), “gracias a programas como Zoom y Teams, pudimos coordinarnos con la gente allí, hablar con los pobladores, saber de las circunstancias y trabajar conjuntamente. También hemos utilizado las elevaciones sacadas de Google Earth para contrastar la veracidad de la información recibida y asegurarnos que no nos estamos basando en imposibles. Esto normalmente se hubiera hecho en campo. La digitalización facilita mucho la labor y permitirá un mayor número de voluntarios en el futuro.
“A causa del confinamiento tuvimos que apoyarnos en la gente local, delegar en ellos el trabajo de campo. Desarrollamos una comunicación más fluida y pasamos a desempeñar una relación de supervisión, comprobábamos que los datos reportados tuvieran sentido. Sin la tecnología todo habría sido más difícil. Nos facilitó lazos de unión entre los responsables de Codespa, el asentamiento humano y el equipo de Ferrovial (que trabajábamos desde distintos países). Además, pudimos disponer de fotos áreas, de la geografía del terreno, de programas para el cálculo hidráulico…”, explica desde Londres Francisco Brotons, Project Controls Manager y voluntario del Proyecto Huaral – Codespa 2021.
Aunque nada puede sustituir el contacto humano, gracias a la tecnología, los voluntarios han conseguido estar al lado de los que más lo necesitan y todos hemos aprendido nuevas formas de colaborar que seguro serán útiles en el futuro.