Durante la última mitad de siglo, el plástico se ha vuelto un elemento fundamental en nuestras vidas; botellas, bolsas de plástico, recipientes provocando que su fabricación se dispare. Según datos de la ONU, cada año producimos 300 millones de toneladas de plástico. Semejante cantidad provoca un impacto considerable en nuestro planeta, especialmente en los mares. Por ello, desde hace algunos años una de las principales preocupaciones medioambientales es cómo darles una segunda vida a estos materiales.
No todos los plásticos son iguales y por ello su proceso de reciclaje no es homogéneo. No existe una máquina que recicle todo nuestro plástico, que debe ser separado por su composición. Por ello, algunos son más fáciles de reciclar y tienen un mayor valor en el mercado. Sin embargo, otros compuestos tienen un proceso de reciclaje más complicado, que provoca que su valor sea menor, y como consecuencia gran parte de ellos acaben en un vertedero.
Por lo tanto, el reto es encontrar una segunda vida a este tipo de materiales para que no acaben en vertedero. Un ejemplo de respuesta a este desafío es el proyecto que Ferrovial Servicios y Fundación para la Investigación en Etología y Biodiversidad (FIEB) han desarrollado en la sede de FIEB en Toledo. Esta ONG se encarga de la conservación de fauna silvestre en peligro de extinción. Para sus actividades de cría en cautividad, necesitan un tipo de vallado muy específico; muy estrecho y resistente. Ante esta necesidad, surgió una oportunidad que el Centro de Competencia de Medioambiente ha aprovechado.
A través de un nuevo proceso de tratamiento, la compañía es capaz de reciclar estos plásticos sin valor y convertirlos en materiales sólidos y resistentes como las vallas que necesitaban en FIEB. No solo eso, sino que el material resultante es más resistente y duradero que la madera con la que normalmente están fabricadas estas vallas. De este modo, se han construido 300 metros de vallado, 400 metros de perfiles plásticos y se ha evitado el envío a vertedero de 15.000 kilos de residuos plásticos. Una nueva vida, además ayudando al medio ambiente, para unos materiales que de otra forma habrían acabado en un vertedero.
Envío cero residuos a vertedero en el sector de la automoción
Otro ejemplo relevante en este ámbito es el proyecto ‘Zero Waste to Landfill‘, desarrollado por Ferrovial Servicios y Ford, que ha conseguido que ningún residuo generado en la planta de fabricación de automóviles de Almussafes (Valencia) acabe en el vertedero, y por lo tanto pueda tener una segunda vida. Este proyecto consiguió que la planta valenciana de Ford – una de las primeras a nivel nacional en el sector de la automoción en conseguir reducir a cero el envío de residuos a vertedero- deje de enviar 15.000 toneladas al año de residuos al vertedero.