(El Mundo).- El cambio climático lo están generando los países ricos, pero lo sufren los pobres. Son ellos quienes ven hipotecado su futuro por un desarrollo del que no reciben casi nada. Si todos los habitantes de la Tierra generaran tantos gases de efecto invernadero como algunos países del mundo occidental, se precisarían nueve planetas.
España está entre los que suspenden, dado que sus emisiones están por encima de la media mundial: suponen el 1,1% del total, más que seis países latinoamericanos juntos.
Así lo señala el Informe 2007-2008 que se ha presentado en Brasil el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El documento se centra en cómo el cambio en el clima está frenando los esfuerzos internacionales por acabar con la extrema pobreza y en las medidas que hay que aplicar con urgencia para frenar las emisiones drásticamente.
«Es imprescindible que los países corten sus emisiones un 50% para el año 2050, y hasta un 80% en el caso de los desarrollados. Y no se trata de metas utópicas. Una medida que podría ayudar es implantar una tasa por cada tonelada de carbono emitida o poner un límite de emisiones con el que se pueda comerciar, como en Europa, pero a precios más elevados», aseguraba a este periódico el director del informe, el británico Kevin Watkins, durante una visita a España.
En total, el coste de estabilizar esas emisiones sería del 1,6% del PIB mundial al año, menos de dos tercios de lo que supone el gasto militar. Watkins recordaba que el umbral de un cambio climático peligroso es un aumento de 2ºC de las temperaturas (desde el inicio de la Revolución Industrial ya han subido 0,7ºC) y que los europeos deben ser conscientes de que cada vez que cogen sus coches, lo sufren las comunidades rurales de Bangladesh o los campesinos de Etiopía.
El PNUD menciona tres características del cambio climático que lo hacen tan peligroso: es acumulativo, es decir, que el CO2 permanece mucho tiempo en la atmósfera, por lo que todos estamos comprometidos a convivir la primera mitad de este siglo con este fenómeno; es irreversible, por lo que cuanto más se tarde en reducir las emisiones, la situación empeora; y además es mundial, no hay fronteras en la atmósfera y por tanto la acción debe ser conjunta.