El Insituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) es el cerebro del proyecto, en el que también participan Ricipneu, firma portuguesa de triturado de neumáticos, Bosgs Poliméricos 2006, empresa manchega que transformará el material y el Instituto de Biomecánica de Valencia.
El objetivo del proyecto es reciclar 60.000 toneladas de Neumáticos Fuera de Uso (NFU) y evitar la emisión de 39.375 toneladas de CO2 anuales en los próximos tres años.
Mediante el sintetizado a alta presión de los neumáticos y la inyección por presión, se podrán crear materiales viables económicamente y de propiedades estables con las que fabricar diversos productos como bolardos y bandas sonoras para calles o bordillos. No sólo ha de lograrse la capacidad de fabricar nuevos productos con neuméticos reciclados, sino que esos productos tienen que poder venderse.
Fuente: Expansión