«Tomamos nota de la resolución de la CAA. Reconocemos que, hoy en día, el conjunto de la industria se enfrenta a la presión de los costes, y hemos acordado unos planes de inversión realistas con las aerolíneas para los próximos cinco años. Teniendo en cuenta el largo plazo, el regulador no debería desalentar las importantes inversiones previstas para el futuro, que acepta que son necesarias. Estamos en desacuerdo con que se haya rechazado retrospectivamente un gran número de elementos de la inversión necesaria para crear nueva capacidad».