Vías orientadas al futuro

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Túnel de Espiño

Desde su fundación, Ferrovial se ha mantenido a la vanguardia del sector ferroviario, desarrollando nuevas técnicas de construcción, incorporando las mejores prácticas y promoviendo la innovación entre sus profesionales.

En 1957, se inauguraba el Túnel de Padornelo, que permitió la conexión ferroviaria entre Galicia y la meseta castellana. Con sus casi seis kilómetros de longitud continúa siendo el túnel más largo de la red convencional española. La ejecución de esta infraestructura fue lenta y trágica. El proyecto se ideó a finales del siglo XIX y se había descartado en numerosas ocasiones por su cuestionable rentabilidad: atraviesa la comarca de Sanabria, un área de complicada orografía y escasa población, lo que auguraba una construcción difícil y un número de pasajeros limitado. Finalmente en 1932 comenzaron las obras en las que participaron más de 4.000 trabajadores, la mayoría vecinos de la zona. Muchos de ellos morirían víctimas de la silicosis, una enfermedad del aparato respiratorio provocada por la aspiración excesiva de sílice. Tanto es así que los lugareños conocen la silicosis como “el mal de la vía”.

A veinte metros de distancia de este túnel, Ferrovial está culminando la construcción del nuevo Túnel de Padornelo, una infraestructura fundamental dentro la línea de alta velocidad Madrid-Galicia. Las técnicas de construcción, la tecnología y las medidas de seguridad que se están aplicando en este proyecto nada tienen que ver con aquellas que se emplearon hace más de seis décadas. De hecho, el nuevo Túnel de Padornelo es un ejemplo de las capacidades de Ferrovial en la ejecución de proyectos ferroviarios, fruto de la experiencia acumulada en los más de 60 años de historia de la compañía.

Túndel del Espiño

La actividad ferroviaria fue el germen de la empresa, que comenzó su actividad a principios de los años 50 con un contrato para cajear las traviesas de madera que asientan los carriles de las vías. Posteriormente participaría en la creación de algunos de los principales nudos ferroviarios españoles, como el enlace Las Rozas-Chamartín, en el norte de Madrid, que supuso la construcción de 30 kilómetros de vía férrea en 30 días. En los ochenta, se convirtió en una de las empresas pioneras en el desarrollo de la alta velocidad en España, participando en la ejecución de la primera línea de estas características, la que une Madrid y Sevilla.

Ferrovial ha construido en España el 13% de la red de alta velocidad en servicio, más de 448 kilómetros de infraestructuras, incluyendo proyectos emblemáticos como el Túnel de Guadarrama, que con sus 28 kilómetros de longitud es el más largo de España y el sexto de Europa.

Además de ser un actor de primer nivel en la construcción de infraestructuras ferroviarias, Ferrovial también desarrolla una amplia actividad en su mantenimiento. En España, es responsable de la conservación de más de 2.600 kilómetros de línea convencional y 1.670 kilómetros de alta velocidad. En Reino Unido, la filial de Ferrovial Servicios, Amey, se encarga del mantenimiento de más de 100.000 activos ferroviarios.

Estas cifras sitúan a Ferrovial como una compañía líder en el sector ferroviario. Pero la compañía no pretende vivir de su gloria y se esfuerza cada día por ofrecer mejores servicios a sus clientes, en una clara apuesta por la innovación, la sostenibilidad y la seguridad de sus empleados.

Línea de AVE en Valladolid

Ahora más que nunca podemos afirmar que los túneles que hace Ferrovial son de los más seguros del mundo

Un equipo innovador

Cada dos años, Ferrovial celebra el concurso Zuritanken que reconoce las mejores ideas de innovación aportadas por sus empleados. En las dos últimas ediciones, la Dirección de Ferrocarriles y Transportes ha alcanzado el primer premio, una muestra de la capacidad de sus profesionales para identificar puntos de mejora en los contratos en los que participan.

“Siempre hemos animado a nuestros profesionales a que aporten ideas. Ellos son los que trabajan sobre el terreno, los que mejor pueden detectar mejoras y desarrollar métodos para implementarlas”, comparte Fernando López Bueno, Director de Ferrocarriles y Transportes de Ferrovial Agroman.

El equipo que realiza las obras del nuevo Túnel de Padornelo fue el ganador de Zuritanken en 2016 con el proyecto Roboticmeter. Esta idea planteaba la creación de un sistema integral y automatizado para medir las convergencias que se producen durante la excavación de túneles que sustituyese al método tradicional basado en mediciones manuales. “Nuestra propuesta consistía en utilizar una estación topográfica desplazable de forma autónoma sobre un sistema de raíles. Así podríamos digitalizar directamente los datos recogidos por la estación para su posterior análisis, reduciríamos costes y mejoraríamos las condiciones de seguridad en la obra”, explica Marcos Rodríguez, Jefe de Obra del Túnel de Padornelo.

Precisamente, la seguridad es el criterio que impulsa otro proyecto en el que el nuevo Túnel de Padornelo es el laboratorio de pruebas: etúnel-aire. Este sistema está destinado a garantizar la calidad del aire durante los trabajos de construcción de un túnel. Algunas tareas propias de los métodos tradicionales de excavación, como las voladuras o el transporte de escombros, así como la propia maquinaria, liberan gases tóxicos. Generalmente estos se miden de forma puntual y, en función de los niveles registrados, se accionan manualmente los sistemas de ventilación con mayor o menor intensidad. En cambio, etúnel-aire, a través de sensores y una estación de monitorización centralizada, permite medir los niveles de forma constante. La potencia del ventilador y su velocidad se adecuan de forma automática a los niveles de gases registrados, garantizando la renovación y calidad del aire en el interior del túnel.  “Ahora más que nunca podemos afirmar que los túneles que hace Ferrovial son de los más seguros del mundo”, destaca López Bueno.

La compañía está comprometida en el desarrollo de soluciones orientadas a eliminar o minimizar accidentes en sus centros de trabajo. Otro ejemplo es Wearable Warning for Workers, un dispositivo que permite al operario emitir una señal acústica y luminosa al conductor de una máquina avisándole de su presencia. El conductor emite una señal al dispositivo del operario para informarle de que está al corriente.  Esta idea, ganadora de la edición de Zuritanken de 2014, fue propuesta por el equipo que ejecutaba el Túnel del Espiño, una infraestructura que también forma parte de la línea de alta velocidad Madrid-Galicia.

Esta obra es un referente en gestión medioambiental y sostenibilidad. Durante la excavación de esta infraestructura se extrajeron cerca de 1,2 millones de metros cúbicos de material. Buena parte de este material contiene azufre, que podría haber provocado un aumento considerable de la acidez de los suelos en los que se iban a depositar. Para evitarlo, Ferrovial Agroman confió en el uso de tecnosoles, suelos artificiales elaborados a partir de compuestos orgánicos e inorgánicos. Como cuenta Jaime Reig, Jefe de Obra del Túnel del Espiño, “superpusimos varias capas de material de excavación y tecnosoles y sobre la última plantamos vegetación acorde con el paisaje de la zona. De este modo, controlamos por una parte la producción de lixiviados que podría acarrear un incremento de la acidez del suelo y por otro redujimos el impacto visual que tendría el vertedero”.

Excavación dek Túnek de Padornelo

Colaboración

Ferrovial es consciente de que para mantener su posición de liderazgo en el sector ferroviario es necesaria la colaboración con otras organizaciones con las que compartir mejores prácticas y desarrollar proyectos de innovación.

De este modo, Ferrovial preside The Railway Innovation Hub, una iniciativa privada impulsada por diez empresas del sector que persigue fomentar el uso de nuevas tecnologías, compartir conocimientos, generar proyectos de colaboración que respondan a las necesidades del sector, atraer talento internacional, promover el emprendimiento y crear servicios especializados.

Asimismo, junto con Adif (administrador español de infraestructuras ferroviarias) y el MIT (Massachusetts Institute of Technology), la compañía está desarrollando el proyecto Rail To The Future, orientado a identificar las causas que producen la degradación prematura de los distintos componentes de la superestructura, el balasto o las fijaciones del carril con la traviesa. Pretende combinar nuevas soluciones de ingeniería y técnicas de análisis predictivo que permitirán reducir los costes de mantenimiento de la vía y aumentar la competitividad de la red de alta velocidad.

Ferrovial también participa en proyectos europeos que tienen como objetivo investigar las posibilidades del Big Data y el Internet de las Cosas (IoT) al sector. Uno de ellos es ‘Transforming Transport’, que persigue validar técnica y económicamente la aplicación del Big Data para definir nuevos modelos de negocio, procesos y servicios que mejoren la eficiencia operativa y la experiencia de usuario en el sector de la movilidad y la logística. Otro es S-CODE, que se centra en el diseño de nuevos aparatos de vía que puedan reducir significativamente el coste del mantenimiento de la líneas ferroviarias. Cabe destacar también el proyecto Internet of Radio Light, que pretende establecer un sistema de transmisión de información basado en el uso de iluminación LED, lo que permitiría salvar las limitaciones de Internet, como los problemas de conexión en túneles subterráneos.

El futuro

Aunque todo futuro por definición es incierto y desconocido, la trayectoria de la Dirección de Ferrocarriles de Ferrovial Agroman en los últimos años sitúa a la compañía en una posición envidiable para afrontarlo.

Surgirán nuevos proyectos de construcción de vías urbanas y de alta velocidad en países con diferentes marcos legislativos, lo que obligará a las compañías a adaptarse a distintas regulaciones, normativas y exigencias técnicas. Asimismo, la ejecución de nuevas líneas creará nueva oportunidades en el negocio de mantenimiento de vías.

Por otra parte, la rápida evolución tecnológica que está experimentando el sector requerirá por parte de los profesionales de un alto grado de especialización combinado con conocimientos en más de una disciplina.  Será la era del control y la información. Los trabajos físicos más penosos serán realizados por robots autónomos controlados en remoto. Los puentes y túneles ferroviarios tendrán sensores instalados y enviarán información continua sobre su estado. La integridad de cada activo será controlada de forma automatizada y los trenes aprovecharán cada viaje realizado para inspeccionar la vía y recopilar información.

Ferrovial no se achanta ante estos retos. Como concluye López Bueno “ganaremos el futuro en base a nuestra cultura, que ya casi es genética, a nuestra capacidad de adaptación, manteniendo aquello que nos ha traído hasta aquí: el rigor en las actuaciones, fiabilidad en las decisiones y control de costes”.

Crossrail

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