BAA inauguró el 27 de marzo de 2008 la Terminal 5 del aeropuerto londinense de Heathrow. El gestor aeroportuario, filial de Ferrovial, culminó de esa manera un proyecto que puso en marcha en 1989.
La nueva terminal constituye uno de los hitos más importantes del plan de BAA para transformar Heathrow antes de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Londres en 2012. La T5 está pensada para los más de 30 millones de pasajeros que acogerá al año disfruten de una experiencia de viaje nueva entre sus grandes paredes de cristal.
Las cifras de la Terminal 5 son colosales: ha sido necesaria una inversión superior a los 6.000 millones de euros para poner en pie el mayor edificio de Reino Unido. Diseñado por el prestigioso arquitecto Lord Rogers, el vestíbulo principal tiene una altura de 40 metros, con una longitud de 396 metros y una anchura de 176 metros. La cubierta, que pesa 18.500 toneladas, tardó más de 11 meses en colocarse y se sostiene con 22 columnas de acero sin soportes centrales.
La apertura de la T5 es uno de los grandes proyectos de BAA para convertir Heathrow en un aeropuerto prácticamente nuevo y que mande al pasado los problemas de sobrecapacidad que ahora sufre. Y es que, en una instalaciones pensadas para 45 millones de personas al año pasan ahora 70 millones.
