Las Ciudades Inteligentes, claves para salir de la crisis, según el Libro Blanco Smart Cities
- Elaborado por Ferrovial Servicios, Madrid Network, Ernst & Young y Enerlis, con la colaboración de la Federación de Municipios de Madrid, el Libro es una hoja de ruta para que toda población se convierta en una Ciudad Inteligente.
- Madrid, la tercera ciudad más poblada de Europa occidental, es junto con Málaga y Barcelona, pionera en España en proyectos de este tipo.
- Las ciudades inteligentes mejoran su competitividad, la calidad de vida de sus ciudadanos, fomentan la atracción de inversores, de visitantes y generan empleo.
- El mercado global de los negocios relacionados con las Smart Cities alcanzará el trillón de dólares en 2016.
- El Gobierno: Debe ser transparente, fomentar las actuaciones sostenibles mediante medidas fiscales, buscar la eficiencia en los servicios, y potenciar las herramientas que nos proporcionan las tecnologías y las comunicaciones.
- La movilidad: El transporte es el sector que más energía consume en España (cerca del 40% del total) por lo que resulta fundamental la implementación de formas de desplazamiento más sostenibles dentro de una ciudad, que mejoran el tráfico y permiten, por tanto, mayor calidad de vida para los ciudadanos y generar menos contaminación.
- La sostenibilidad: Todas las iniciativas destinadas a reducir la contaminación (en aire y agua), la gestión de recursos naturales, de los residuos, instrumentos que protejan el medioambiente, la edificación inteligente y la eficiencia energética.
- La población: Sin una concienciación cada vez mayor de la población, no es factible. Es necesaria la participación ciudadana y una relación bidireccional con la Administración. Un método idóneo para promover la participación pública en el marco de las Smart Cities, es la creación de sitios web y la utilización de redes sociales.
- La economía: Las ciudades sostenibles son mejores lugares en los que vivir y resultan menos caras de gestionar. Las ciudades de todo el mundo compiten por atraer las inversiones directas a residentes que contribuyan al crecimiento del PIB y a un sector turístico que potencie el consumo (muy relevante para España si se tiene en cuenta que en 2011 España fue el cuarto país más visitado del mundo con 56,69 millones de turistas).