Según un estudio realizado por el velero científico Vell Marí, patrocinado por La Caixa, con la colaboración de la Fundación para la Conservación de Animales Marinos, el mar Mediterráneo podría absorber una importante cantidad de dióxido de carbono. Una vez inyectado hacia el interior del mar, ese CO2 es utilizado por el fitoplancton y vegetales como la posidonia para realizar la fotosíntesis, así como para la formación de carbontao cálcico.
Aunque es beneficioso retirar CO2 de la atmósfera, la absorción de grandes cantidades de este gas por parte de los océanos es perjudicial ya que provoca cambios significativos devastadores para los ecosistemas. El CO2 disuelto se comporta como un ácido atacando a los carbonatos de animales y rocas, haciéndolos más vulnerables a la disolución.
Los resultados de presiones parciales de CO2, temperaturas, índices de salinidad y pH serán incluidos en la base de datos del proyecto europeo Carboocean, cuyo objetivo es conocer el balance del carbono marino en los últimos 200 años.
Fuente: Agencia EFE