Agrovia.- En 1996 se aprobó la Directiva IPPC de Control Integrado de la Contaminación. En la actualidad, se ha realizado la transposición efectiva de esta Directiva a nuestro Ordenamiento Jurídico, y, aunque todavía quedan muchas incógnitas por resolver, puede afirmarse que la Ley 16/2001 de Control Integrado de la Contaminación (Ley IPPC), en vigor desde el pasado mes de octubre, es ya la norma medio ambiental por excelencia, que va a marcar la evolución de la legislación medio ambiental en materia industrial.
Los cambios introducidos por esta Directiva se producen a todos los niveles. En primer lugar, existe un cambio competencial respecto a la regulación y control de las actividades más grandes (serán las Comunidades Autónomas y no los Ayuntamientos los que autoricen y controlen nuestras actividades).
En segundo lugar, se aplica un nuevo criterio en la renovación periódica de las licencias de actividad y en el procedimiento de solicitud de nuevas actividades, así como la necesidad de informar a la Administración de cambios sustanciales. En tercer lugar, existe una simplificación administrativa al desarrollarse una "ventanilla única" en el trámite de documentos.
Un elemento especialmente importante que impregna toda la normativa es el de "Mejores Tecnologías Disponibles". ¿Cuáles son?, ¿quién las determina y con qué criterios?, ¿cómo se establecerán los límites máximos de emisión y vertido? Son preguntas que están todavía sin acabar de responder.
Aún con este grado de indefinición, es tiempo de que las empresas afectadas del sector agroalimentario nos pongamos a trabajar para asegurarnos que las estrategias a corto y medio plazo dentro de nuestras industrias, con sus inversiones asociadas, no vayan a ser cuestionadas en un futuro por no considerar Tecnologías aceptadas como Mejores Tecnologías Disponibles (MTD´s).
La Directiva IPPC va a tener una serie de consecuencias que ya comienzan a vislumbrarse. En primer lugar, cabe destacar que las empresas que estamos afectadas por la IPPC debemos de declarar parte de nuestras emisiones y vertidos al Registro Europeo de Emisiones Contaminantes (EPER) antes de enero del 2003. Esos datos serán puestos a disposición del público en general, que podrá acceder tanto a la base de datos resultante para saber las emisiones que he tenido en este año 2002 aquí en Valencia, así como las emisiones que ha tenido mi competencia en Alemania.
¿Puede esta comparación convertirse en presión porque mi competidor haya declarado mucha menos contaminación que yo?, ¿sacará la Administración ratios de contaminantes que deriven en conclusiones rápidas como "el mejor ratio va asociado a mejores tecnologías disponibles y por tanto es exigible?.
En consecuencia, ¿será ésta sólo la primera parte de la información que solicite la Administración para completar sus bases de datos?, ¿servirán estas bases de datos para establecer límites máximos de emisión?, ¿utilizará los datos de emisiones de CO2 para establecer qué cantidad de dinero debemos de pagar para sostener el futuro mercado de "Acciones de Contaminación Atmosférica" que la CE parece querer crear?.
Otra repercusión importante va a ser la influencia sobre la relación con nuestros clientes y la Seguridad Alimentaria.
Sectorialmente, las asociaciones de clientes en algunos subsectores agroalimentarios concretos ya están preguntando si tal o cual fábrica emplea en sus instalaciones las Mejores Tecnologías Disponibles (MTD´s) con la creencia, nada equivocada, que las MTD´s llevarían, además de su conocida componente de bondad medio ambiental, otra componente asociada a productos que aseguran una calidad y características más "seguras". También tendrá repercusiones sobre los costes de producción.
Teniendo en cuenta que las MTD´s aplicarán los principios de minimización de la contaminación al proceso, aplicándolas ahorraremos en depuración y en gestión de residuos, además de en tasas e impuestos. ¿Será esto decisivo para ser competitivo en un mercado en que la gestión de residuos es cada vez más cara y en ocasiones difícil, por la saturación de los depósitos finales de acumulación y/ o la escasez de las instalaciones de tratamiento?.
Todas estas preguntas se resolverán en breve espacio de tiempo y, como en otras ocasiones, sin tomar en mucha consideración la opinión de las empresas.
La pregunta de cuáles son las Mejores Tecnologías Disponibles es una cuestión que debemos de responder de manera rápida para cada uno de nuestros subsectores agroalimentarios. Y, además, no debemos esperar a que nadie la responda por nosotros. Debemos de definirlas de manera rigurosa y basándonos en nuestras propias experiencias, para que se hagan compatibles nuestros actuales condiciones de producción con criterios medio ambientales de minimización de la contaminación.
Es momento de "coger este toro por los cuernos" y empezar a trabajar, conjuntamente con especialistas en nuevas tecnologías y medio ambiente. No es un trabajo rápido ni barato, pero será vital demostrar que las tecnologías en las que vamos a invertir o las mejoras a las que vamos a aspirar, están considerando esta nueva Directiva de Prevención de la Contaminación (IPPC) que ya estamos empezando a aplicar. Además, este camino nos llevará, si se desarrolla en el sentido correcto, a una mejor situación de nuestras fábricas, con menor coste medio ambiental y a una satisfacción por haber contribuido de manera real a conseguir algo tan difícil cómo es el Desarrollo Sostenible.
Rafael Llamas de Andrés es Coordinador Medio Ambiental del Grupo Cereol
Los cambios introducidos por esta Directiva se producen a todos los niveles. En primer lugar, existe un cambio competencial respecto a la regulación y control de las actividades más grandes (serán las Comunidades Autónomas y no los Ayuntamientos los que autoricen y controlen nuestras actividades).
En segundo lugar, se aplica un nuevo criterio en la renovación periódica de las licencias de actividad y en el procedimiento de solicitud de nuevas actividades, así como la necesidad de informar a la Administración de cambios sustanciales. En tercer lugar, existe una simplificación administrativa al desarrollarse una "ventanilla única" en el trámite de documentos.
Un elemento especialmente importante que impregna toda la normativa es el de "Mejores Tecnologías Disponibles". ¿Cuáles son?, ¿quién las determina y con qué criterios?, ¿cómo se establecerán los límites máximos de emisión y vertido? Son preguntas que están todavía sin acabar de responder.
Aún con este grado de indefinición, es tiempo de que las empresas afectadas del sector agroalimentario nos pongamos a trabajar para asegurarnos que las estrategias a corto y medio plazo dentro de nuestras industrias, con sus inversiones asociadas, no vayan a ser cuestionadas en un futuro por no considerar Tecnologías aceptadas como Mejores Tecnologías Disponibles (MTD´s).
La Directiva IPPC va a tener una serie de consecuencias que ya comienzan a vislumbrarse. En primer lugar, cabe destacar que las empresas que estamos afectadas por la IPPC debemos de declarar parte de nuestras emisiones y vertidos al Registro Europeo de Emisiones Contaminantes (EPER) antes de enero del 2003. Esos datos serán puestos a disposición del público en general, que podrá acceder tanto a la base de datos resultante para saber las emisiones que he tenido en este año 2002 aquí en Valencia, así como las emisiones que ha tenido mi competencia en Alemania.
¿Puede esta comparación convertirse en presión porque mi competidor haya declarado mucha menos contaminación que yo?, ¿sacará la Administración ratios de contaminantes que deriven en conclusiones rápidas como "el mejor ratio va asociado a mejores tecnologías disponibles y por tanto es exigible?.
En consecuencia, ¿será ésta sólo la primera parte de la información que solicite la Administración para completar sus bases de datos?, ¿servirán estas bases de datos para establecer límites máximos de emisión?, ¿utilizará los datos de emisiones de CO2 para establecer qué cantidad de dinero debemos de pagar para sostener el futuro mercado de "Acciones de Contaminación Atmosférica" que la CE parece querer crear?.
Otra repercusión importante va a ser la influencia sobre la relación con nuestros clientes y la Seguridad Alimentaria.
Sectorialmente, las asociaciones de clientes en algunos subsectores agroalimentarios concretos ya están preguntando si tal o cual fábrica emplea en sus instalaciones las Mejores Tecnologías Disponibles (MTD´s) con la creencia, nada equivocada, que las MTD´s llevarían, además de su conocida componente de bondad medio ambiental, otra componente asociada a productos que aseguran una calidad y características más "seguras". También tendrá repercusiones sobre los costes de producción.
Teniendo en cuenta que las MTD´s aplicarán los principios de minimización de la contaminación al proceso, aplicándolas ahorraremos en depuración y en gestión de residuos, además de en tasas e impuestos. ¿Será esto decisivo para ser competitivo en un mercado en que la gestión de residuos es cada vez más cara y en ocasiones difícil, por la saturación de los depósitos finales de acumulación y/ o la escasez de las instalaciones de tratamiento?.
Todas estas preguntas se resolverán en breve espacio de tiempo y, como en otras ocasiones, sin tomar en mucha consideración la opinión de las empresas.
La pregunta de cuáles son las Mejores Tecnologías Disponibles es una cuestión que debemos de responder de manera rápida para cada uno de nuestros subsectores agroalimentarios. Y, además, no debemos esperar a que nadie la responda por nosotros. Debemos de definirlas de manera rigurosa y basándonos en nuestras propias experiencias, para que se hagan compatibles nuestros actuales condiciones de producción con criterios medio ambientales de minimización de la contaminación.
Es momento de "coger este toro por los cuernos" y empezar a trabajar, conjuntamente con especialistas en nuevas tecnologías y medio ambiente. No es un trabajo rápido ni barato, pero será vital demostrar que las tecnologías en las que vamos a invertir o las mejoras a las que vamos a aspirar, están considerando esta nueva Directiva de Prevención de la Contaminación (IPPC) que ya estamos empezando a aplicar. Además, este camino nos llevará, si se desarrolla en el sentido correcto, a una mejor situación de nuestras fábricas, con menor coste medio ambiental y a una satisfacción por haber contribuido de manera real a conseguir algo tan difícil cómo es el Desarrollo Sostenible.
Rafael Llamas de Andrés es Coordinador Medio Ambiental del Grupo Cereol