Puede que el futuro del automóvil sea eléctrico, y para ello los fabricantes se enfrentan a dos grandes retos: el elevado precio (superior al de los vehículos convencionales) y la construcción de las infraestructuras necesarias. Algunas empresas se han puesto manos a la obra, para hacer frente a estos retos.
La empresa Better Place ha desarrollado un proyecto basado en un modelo parecido al aplicado en la telefonía móvil: la empresa se encarga de instalar y operar la red e infraestructura de recarga de los vehículos eléctricos.
El proyecto Chispa, de la consultora Euroconsult, se basa en la fórmula del Bicing (servicio de alquiler de bicicletas implantado en Barcelona). Consiste en poner a disposición del público una flota de vehículos eléctricos que se reparte en los puntos de mayor demanda gracias a un sistema de remolque. Se calcula que una flota de 100 coches puede hacer frente a unos 2.400 trayectos al día en el centro de una ciudad. El coste para los usuarios sería aproximadamente de 1 euro para los centros urbanos, 1’50 para las ciudades satélite y 2’80 para las zonas turísticas.
Fuente: Ecoticias.com
