En la Unión Europea (UE) los edificios son responsables de más del 40% del consumo energético y gastan 270.000 millones de auros anuales en consumo energético. Se estima que podríamos ahorrarnos unos 460 millones de toneladas de CO2 anuales si los edificios se adaptasen a las normas vigentes en materia de energía.
Hace seis años la UE aprobó una directiva (2002/91/CE) sobre rendimiento energético de edificios que no se implementó correctamente. Con la nueva redacción de la misma se pretende facilitar su implementación para lograr así una mayor eficiencia. La antigua directiva exigía la reforma de la eficiencia energética sólo a los edificios que superaran los 1.000 m2. La nueva va a eliminar este límite ya que la mayor parte del ahorro energético se obtiene en edificios de pequeñas dimensiones. Además se van a hacer más estrictos los procedimientos de obtención de Certificados Energéticos y se exigirá a los estados miembros la implementación de sistemas de control independientes para verificar la exactitud de los certificados.
Está previsto que la nueva directiva se apruebe en 2010 y se implante en el ámbito nacional en 2011 para edificios públicos y en 2012 para el resto de edificios.
