EE.UU., entre el escepticismo y las bravatas electoralistas

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La Casa Blanca ha hecho saber sus «serias preocupaciones» nada más concluir la Cumbre del Clima en Bali con un acuerdo -suscrito también por Estados Unidos- que marca la agenda y los principios para negociar durante los dos próximos años un protocolo de lucha contra el cambio climático que reemplace al de Kioto, que expira en 2012. En una nota hecha pública horas después de alcanzarse el acuerdo, la Administración Bush reconoce que hay «aspectos positivos» en las conclusiones del encuentro, pero afirma que «Estados Unidos tiene serias preocupaciones sobre algunos aspectos de la decisión adoptada». En este sentido, la Casa Blanca precisa que «combatir el cambio climático requerirá compromisos no sólo de los países desarrollados, sino también de los grandes países en vías de desarrollo», en una alusión meridianamente clara a China y la India. Y a modo de advertencia, la nota de la Casa Blanca afirma que «debe respetarse el derecho de las grandes economías a crecer y desarrollarse sobre una base sustentable y tener acceso a fuentes de energía seguras». Si la posición oficial de la Administración muestra preocupaciones y reticencias, no ocurre lo mismo con las posturas mantenidas por los principales candidatos a las presidenciales de noviembre próximo, en las que se decidirá el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

La apuesta de Hillary

Así, la candidata demócrata y senadora por Nueva York, Hillary Clinton, ha afirmado que «ahora necesitamos poner en marcha acciones para detener y revertir el proceso de emisión de gases de efecto invernadero». En este sentido, Clinton propone una reducción del 80% de aquí a 2050, muy por encima de lo solicitado por la Unión Europea (entre el 25 y el 40%). Cuesta menos prometer en campaña electoral que dar trigo una vez en la presidencia. En la misma línea, Barak Obama, el otro candidato demócrata -por Illinois- con más peso, propone que «para salvaguardar nuestra seguridad, nuestros trabajos y nuestro planeta debemos poner fin a la era del petróleo». Como Clinton, Obama propone un recorte del 80% en la emisión de gases contaminantes. El mismo porcentaje propone el también demócrata John Edwards, senador por Carolina del Sur, quien considera que «necesitamos invertir en energías renovables, en coches y camiones más eficientes y en un plan nacional de captura de CO2 ». En el bando republicano, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani asegura «que el cambio climático es real y que el ser humano ha contribuido a él». No propone reducción de emisiones; simplemente aconseja la «independencia energética» como mejor remedio para terminar con el problema. Para los analistas, eso suena a potenciar la energía nuclear. El también republicano John McCain, senador por Arizona, considera que «el cambio climático es real y debemos combatirlo pues disponemos de tecnologías para ello». El senador McCain se ha mojado en cuanto a objetivos de reducción y propone recortar la emisión de gases de efecto invernadero en un 65% para 2050.

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