(Europa Press).- El 42 por ciento de los ejecutivos de tecnologías de la información a nivel mundial afirma que su empresa no hace un seguimiento del gasto energético originado por los sistemas tecnológicos y un 9 por ciento ignora si su empresa lo hace, según el estudio 'Tecnologías de la Información (TI) y Medio Ambiente: ¿un nuevo punto en la agenda del director de tecnología?' realizado por Economist Intelligence Unit y patrocinado por IBM.
El informe, para el que se han encuestado a 210 directores de sistemas de información y del departamento tecnológico en empresas de todo el mundo con más de 1.000 empleados, destaca que uno de cada cuatro de los encuestados que sí hicieron un seguimiento del gasto energético de su plataforma tecnológica detectó que el consumo de energía de los equipos tecnológicos se ha incrementado en los últimos dos años.
Del mismo modo, el 64 por ciento de los entrevistados admite que un estándar de eficiencia energética en los equipos informáticos les llevaría a modificar sus políticas de compra. Igualmente, el informe recoge que aunque dos tercios de los ejecutivos aseguran que sus organizaciones tienen un responsable de energía y Medio Ambiente en el consejo directivo, sólo el 45 por ciento dispone de un programa para reducir las emisiones globales de carbono. Además, un 52% de los que han puesto en marcha una estrategia en este sentido no tienen marcados unos objetivos que cumplir.
Si trasladamos esas cifras a los países de Europa, el informe apunta que un 62 por ciento de las empresas europeas cuenta con un responsable de estos temas en su cúpula directiva (frente al 53% en Norteamérica y el 37% en la zona de Asia Pacífico), aunque sólo el 40% de estas organizaciones ha puesto en marcha programas para reducir sus emisiones globales de carbono (comparado con un 38% en Norteamérica y un 34% en Asia).
Asimismo, según el 63% del total de los encuestados, la fiabilidad es el factor más influyente a la hora de adquirir infraestructura tecnológica, seguido del precio (32%), el servicio posventa (30%) y los plazos de entrega (13%). A pesar del aumento de los costes energéticos, sólo el 12% considera que la eficiencia energética de la infraestructura es un factor relevante.