Ayer terminó la cumbre del G8, que reúne a Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, Canadá y Estados Unidos, las ocho naciones más ricas del mundo, celebrada en Japón. Entre los principales temas a tratar, destacan el encarecimiento de los alimentos, el cambio climático y la crisis de desarrollo en algunos países del mundo.
Sobre el encarecimiento de los alimentos, los líderes de los ocho países participantes coinciden en que supone un serio desafío a la estabilidad del crecimiento mundial e hicieron un llamamiento a todos los países para que pongan fin a las restricciones en la exportación de alimentos. La subida de los precios de los alimentos está relacionada con el creciente desarrollo de los biocombustibles, tema del que también se ha ocupado el G8. Sus líderes señalaron la importancia de asegurar que las políticas vayan encaminadas a una producción sostenible y a la seguridad alimentaria. Defendieron el desarrollo de los biocombustibles de segunda generación, fabricados a partir de partes no comestibles de plantas.
En lo referente al cambio climático, los líderes de los países participantes han acordado reducir al menos un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, según afirmó el primer ministro japonés Yasuo Fakuda. Pero no han logrado que los países emergentes, como Brasil o Méjico, que participaron en una sesión ampliada a 16 países el último día de la cumbre, se sumaran a su acuerdo. Estados Unidos en un primer momento condicionaba su participación a la de las grandes economías emergentes como India o China, que al final no se han sumado a este compromiso de reducción. Muchos analistas lo consideran insuficiente, ya que no establece metas a corto o medio plazo. Sin embargo cabe destacar la importancia de este tipo de acuerdos, que sirven como base para establecer medidas de reducción, por parte de los países responsables de más del 40% de las emisiones globales de CO2, cuya población sólo representa el 13% de la población mundial.
Como era de esperar, en la cumbre también se trató el tema del elevado precio del petróleo. Desde la cumbre se hizo un llamamiento a los países productores de petróleo a aumentar su capacidad de producción para hacer frente a la creciente demanda. También se propusieron otras medidas como aumentar las inversiones en exploración, producción y refinación, mejorar la eficiencia energética y diversificar las fuentes de energía.
Además, los líderes del G8 han prometido otorgar a África unos 60.000 millones de dólares en cinco años para luchar contra la malaria, el sida y la tuberculosis.
Como ya es habitual, miles de manifestantes han acudido estos días a la sede de la cumbre para protestar contra el club de los países más ricos.