La nueva legislación introducirá a partir de 2016 límites más estrictos para reducir las emisiones de partículas, óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre en las industrias más contaminantes. La finalidad de la nueva normativa será mejorar la salud y la protección del medio ambiente.
Las medidas se implantarán de forma progresiva ya que, aunque será de aplicación a partir de 2016, algunas instalaciones de combustión (incluyendo las de combustibles fósiles) tendrán de plazo hasta 2020 para adaptarse a la normativa.
Algunas plantas antiguas no tendrán que cumplir los nuevos objetivos, bajo la condición de que cesen su actividad antes de finalizar 2023 o no funcionen más de 17.500 horas a partir de 2016. Las nuevas instalaciones, tendrán hasta 2012 para cumplir las nuevas limitaciones.
Además, la norma actualiza e integra en un solo texto siete directivas comunitarias, incluida la de prevención y control integrados de la contaminación (IPPC) y la relativa a las grandes instalaciones de combustión. Las nuevas normas afectarán a aproximadamente 52.000 instalaciones industriales y agrícolas con un elevado potencial de contaminación, desde las refinerías a las explotaciones porcinas.
Para obtener la autorización correspondiente, las instalaciones donde se aplican las normas IPPC tendrán que aplicar las Mejores Técnicas Disponibles para mejorar su eficiencia y reducir afectación al aire, al agua y al suelo. Únicamente no será obligatoria la aplicación de éstas técnicas, cuando los países miembros puedan demostrar que el coste de su implantación sea desproporcionados respecto al beneficio ambiental obtenido, por razones técnicas o de ubicación geográfica.
Fuente: Infoambiental
Las medidas se implantarán de forma progresiva ya que, aunque será de aplicación a partir de 2016, algunas instalaciones de combustión (incluyendo las de combustibles fósiles) tendrán de plazo hasta 2020 para adaptarse a la normativa.
Algunas plantas antiguas no tendrán que cumplir los nuevos objetivos, bajo la condición de que cesen su actividad antes de finalizar 2023 o no funcionen más de 17.500 horas a partir de 2016. Las nuevas instalaciones, tendrán hasta 2012 para cumplir las nuevas limitaciones.
Además, la norma actualiza e integra en un solo texto siete directivas comunitarias, incluida la de prevención y control integrados de la contaminación (IPPC) y la relativa a las grandes instalaciones de combustión. Las nuevas normas afectarán a aproximadamente 52.000 instalaciones industriales y agrícolas con un elevado potencial de contaminación, desde las refinerías a las explotaciones porcinas.
Para obtener la autorización correspondiente, las instalaciones donde se aplican las normas IPPC tendrán que aplicar las Mejores Técnicas Disponibles para mejorar su eficiencia y reducir afectación al aire, al agua y al suelo. Únicamente no será obligatoria la aplicación de éstas técnicas, cuando los países miembros puedan demostrar que el coste de su implantación sea desproporcionados respecto al beneficio ambiental obtenido, por razones técnicas o de ubicación geográfica.
Fuente: Infoambiental
