El sistema Start&Stop puede reducir hasta un 10% el consumo de combustible por ciudad

El sistema Start&Stop consiste en un sensor de movimiento conectado a la posición de punto muerto del cambio, que cala el motor cuando el coche se detiene y lo vuelve a arrancar cuando el conductor levanta el pie del freno o pisa el embrague. Sustituye el motor de arranque clásico por un alternador reforzado que hace la misma función pero que además recarga la batería al desacelerar y frenar. Gracias a esto la batería puede hacer frente al aumento de consumo eléctrico que supone el mayor número de arranques. Este sistema permite ahorros del 5 al 10% del consumo de combustible en ciudad. El coste ronda los 300 euros, pero cabe esperar que éste disminuya al aumentar las ventas. Según las marcas de coches cuyos modelos pueden contar con el sistema, los compradores lo rechazan cuando pueden elegir y éstas no quieren incluirlo de serie porque aumentaría el precio del coche reduciendo su competitividad en el mercado. Una posible solución es que en el futuro sea obligatorio como el ABS o el control de estabilidad ESP (desde 2011). Sin embargo el futuro de este sistema además de una posible obligatoriedad, pasa por la reducción de emisiones de CO2 que permite y el ahorro en determinados impuestos dependientes de las emisiones que supone. Esa reducción de emisiones puede ser suficiente para que algunos modelos bajen un escalón en la escala impositiva a pasen a pagar menos o incluso nada si emiten menos de 120 gramos por kilómetro. Las previsiones indican que para 2012 el 50% de los coches nuevos lo incluirán de serie. La marca alemana Bosch, suministrado líder del sistema Start&Stop ha entregado ya 500.000 unidades a fabricantes. En la actualidad, BMW es el fabricante más avanzado en su implantación. Fuente: elpais.com