Hacia el año 2050, el 70% de la población mundial vivirá en las ciudades. Miles de millones de personas que se desplazarán cada día por enormes núcleos urbanos y se alimentarán con productos cultivados a cientos o miles de kilómetros. La importancia del transporte, tanto público como privado, será -lo es ya- crucial, y reducir sus emisiones contaminantes representará el gran reto de compañías y ciudades.
La norma Euro 5 de la Comisión Europea, que entrará en vigor en octubre de 2009, endurece los requisitos de emisiones que deben cumplir los vehículos para ser homologados, por lo que algunas empresas ya se están apresurando a desarrollar el transporte del futuro. Como Scania, que apuesta por el etanol producido a partir de la caña de azúcar de Brasil como biocombustible más eficaz, pues permite reducir las emisiones de CO2 un 90%. 'Los biocombustibles son económicamente viables, y consideramos que el etanol es la mejor solución, pero los municipios y los propietarios de grandes flotas deben dar un paso adelante y decidirse a impulsarlo', sostiene Lars Stenqvist, de Scania.
Hace dos semanas, la empresa sueca presentó el primer camión que funciona sólo a base de etanol. A partir de 2009 empezará a utilizarse en sectores como el de la recogida de basuras de la ciudad de Estocolmo. El problema reside en que un vehículo con etanol exige un 60% más de combustible para funcionar que uno de gasoil, y además la producción y distribución mundial de este combustible son aún inmaduras. Por su parte, Volvo presentó recientemente varios prototipos de camiones con motores diésel modificados para operar con siete tipos distintos de combustibles renovables y reducir las emisiones de dióxido de carbono a cero.
En transporte público, la ciudad de Estocolmo es pionera en la utilización de autobuses de etanol, pero el futuro, según los responsables de Scania, se encuentra en los vehículos de tecnología híbrida que utilizan este biocombustible. Al reciclar la energía que se pierde en el frenado, el gasto en combustible es menor, un 25% menos que el fuel, lo que se suma a la reducción del 90% en CO2. Helsinki y Estocolmo empezarán a utilizar estos autobuses a partir del verano. Mercedes-Benz también posee cientos de híbridos en pruebas en EE UU y Japón.
La TMB de Barcelona está interesada en esta tecnología. 'Pero el problema es que no existe ninguna oferta: no hay fabricantes que los comercialicen', explica Francisco González Balmas, director de ingeniería de la TMB. Mientras tanto, Barcelona apuesta por el biodiésel como biocombustible, 'porque el etanol nos parece demasiado ineficiente', explica Balmas. En Madrid no opinan igual: la EMT posee cinco autobuses de bioetanol en la línea 75, en pruebas. Además, esta ciudad cuenta con 20 pequeños vehículos eléctricos que circulan por barrios del centro. De momento, Madrid también se centra en el biodiésel, y dispone de una flota de 800 vehículos.
Otra solución propuesta por las compañías es adoptar combinaciones vehiculares más largas para reducir los vehículos profesionales en circulación. Excepto en Suecia y Finlandia, la UE establece el límite de longitud de los camiones en 18,75 metros.
Cinco Días