(Abc).- «Todas las magnitudes energéticas están creciendo por debajo del PIB», explica a ABC Arturo Gonzalo Aizpiri, secretario general para la Contaminación y el Cambio Climático. Aunque desde el Ministerio de Medio Ambiente insisten en que no se puede hacer un cálculo fiable de lo que deparará este año 2007 en cuanto a emisiones contaminantes, se muestran optimistas por el resultado que arrojan algunos sectores.
Así, según Aizpiri, sí puede apuntarse una estabilización, que «supone la consolidación de la tendencia iniciada en 2006». Ese año, se produjo una reducción de un 4% en las emisiones de CO2 con respecto al año anterior. Sin embargo, Joaquín Nieto, secretario confederal de Medio Ambiente de Comisiones Obreras, organización que cada año realiza un inventario de emisiones muy riguroso, que posteriormente confirman los datos oficiales de Medio Ambiente, asegura que consolidar la tendencia no significa volver a reducir, en el mejor de los casos el descenso sería muy ligero, sino quedarse más o menos igual. Nieto no se muestra tan optimista por cuanto que «el encarecimiento del gas está haciendo que las empresas tiren del carbón». «Sólo sería posible un descenso de las emisiones si se produjera una reducción drástica del uso del carbón», si bien reconoce que el hecho de que entremos en el periodo de más frío no va a ayudar a lograr ese objetivo.
Los datos preliminares desagregados tampoco apuntan en esa dirección. Así, en el primer semestre del año el consumo de energía final creció un 3%; el de energía primaria un 0,3%; el de carbón un 5,1%; el de petróleo ha subido un 1,3% y el de gas natural ha bajado un 2,7% -baja un 4,7% en los usos eléctricos y sube un 1,2% en los usos no eléctricos (industrias, calefacción, etc.)-.
A 15 de noviembre el consumo eléctrico en la España peninsular ha aumentado un 2,3%, siendo las fuentes la energía hidroeléctrica, que ha aumentado un 28%, y las de régimen especial, sobre todo la eólica, que han crecido un 12%. En el lado opuesto de la balanza, ha habido una disminución muy significativa (7,9%) de la energía nuclear, porque se han producido más paradas obligatorias (por cambio de combustible) y más paradas no programadas (por incidentes).