(Efe).- La ONU abogó ayer por aumentar la inversión para mitigar los efectos de los desastres naturales ante el creciente número de inundaciones, huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático que sufre el planeta.
Así lo aseguró el subsecretario general para Asuntos Humanitarios de la ONU, John Holmes, en una conferencia de prensa con motivo de la celebración mañana del Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
Holmes señaló que "hay más población que nunca amenazada por desastres naturales y fenómenos atmosféricos extremos".
El número de desastres naturales se ha triplicado en los últimos 30 años, mientras que la población afectada se duplica cada década, lo que constituye "un patrón que se está acelerando", advirtió.
Como ejemplo, Holmes citó las extraordinarias inundaciones que este año sufrieron el sureste asiático durante el monzón y los países de África Occidental, que en total afectaron a decenas de millones de personas.
"El vínculo entre estos fenómenos extremos y el cambio climático parece incuestionable, y la tendencia está clara, de acuerdo con lo que ha pronosticado la comunidad científica", agregó el funcionario de la ONU.
El secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), Markku Niskala, que acompañó a Holmes en la conferencia de prensa, indicó que los gobiernos deben aumentar su inversión en este campo aunque simplemente sea por un cálculo económico.
Niskala aseguró que en 2006 se perdieron 35.000 millones de dólares, cifra que se calcula aumentará a 100.000 millones al final de esta década.
Pese a ello, la inversión en reducción de peligros en los países más vulnerables del mundo en desarrollo no llega al 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
"Conviene aclarar que los desastres naturales en realidad no existen, son fenómenos de la naturaleza que se convierten en desastres. Los desastres naturales son una muestra de la debilidad de nuestras sociedades", apuntó Niskala.
Holmes puso especial énfasis en la necesidad de empezar por la población infantil a la hora de invertir en mitigar los desastres naturales.
Según el funcionario, se debe poner énfasis tanto en la construcción de escuelas preparadas para soportar los embates de terremotos o ciclones, como con la inclusión en los sistemas educativos de información sobre cómo reaccionar ante los desastres naturales.
Otro problema que mencionó es la tendencia de población mundial a residir cada vez más en zonas de riesgo.
Así, ocho de las grandes ciudades del mundo se encuentran en áreas de intensa actividad sismológicas y seis en zonas costeras, apuntó el subsecretario general.