(Expansión).- Ayer fue uno de esos días en que el cambio climático estuvo en boca de todos, desde políticos y periodistas, pasando por aquellos españoles de a pie a los que el debate, de tan lejano, les parece de otra galaxia. El presidente del PP, Mariano Rajoy, dijo el lunes que el recalentamiento del Planeta "no puede convertirse en el gran problema mundial" y, en un santiamén, le llovió una espesa lluvia de críticas y exabruptos. ¿Realmente niegan los miembros del Partido Popular el cambio climático o lo hacen sólo algunos?, ¿qué pasa con el resto de la clase política, los empresarios y los sindicatos?, ¿y qué piensa la sociedad española?, ¿acaso influye en la opinión la ideología de izquierdas o de derechas?
"Entre los partidos políticos, no se puede generalizar. En el PP hay gente joven que cree en la posibilidad de negocio pero también hay gente mayor que no se cree lo del recalentamiento", dice Antonio Ruiz de Elvira, catedrático de Física. Y pone un ejemplo: no tiene la misma sensibilidad medioambiental Rajoy que Juan Costa. En el PSOE ocurre otro tanto de lo mismo. "Hasta el final de la legislatura de Felipe González el PSOE negó la existencia del cambio climático. Hoy los socialistas lo han reconocido y están haciendo un gran esfuerzo pero incluso en el Gobierno de Zapatero hay divisiones: Joan Clos y Magdalena Álvarez no se acaban de creer lo que hace la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona", apunta. Además, argumentan los expertos, el apoyo al cambio climático varía según la geografía. En aquellas regiones en las que la economía exhibe una mayor dependencia del ladrillo, las autoridades políticas tienden a ser más reacias respecto a la conclusiones de Al Gore.
"Hay gente medioambientalmente sensible tanto en el PP como en el PSOE. Los políticos que mayor nivel educativo y cultural tienen suelen entender mejor el fenómeno", dice el catedrático de sociología, Mario Gaviría. Claro que está opinión es rebatible, ya que muchos científicos no ven el sentido en creer ciegamente en un hecho no demostrado. "Hay una ignorancia general, particularmente entre los intelectuales, sobre cómo funciona el cambio climático", dice el climatólogo Antón Uriarte.
Divisiones empresariales
Entre los empresarios, también hay fisuras. Aunque el grueso de las compañías no se cree la hipótesis de que la mano del hombre está espoleando la temperatura global. "La gran mayoría de empresas no están sensibilizadas", dice Josep Tarifa, director técnico de la fundación Fórum Ambiental. "Las empresas que operan en el sector de la construcción o del petróleo no creen. Pero hay muchas firmas que se están dando cuenta de que se puede hacer negocio. Es lo que le pasa a Acciona o a Iberdrola", dice Antonio Ruiz. "Los empresarios antes veían el fenómeno como una amenaza a la competitividad pero ahora lo ven más como un factor de progreso", afirma Cristina García-Orcoyen, directora gerente de la Fundación Entorno, una institución que acoge en su seno a 30 grandes empresas.
Entre los sindicatos hay también una curiosa división en dos bandos. Y ésta no se da tanto en la elite directiva como entre la base y la cúpula. "Los representantes de los dos sindicatos, CCOO y UGT, son muy sensibles al cambio climático, pero los obreros y los militantes lo son menos", dice el catedrático de sociología. Antonio Ruiz abunda en la misma línea: "CCOO está muy preocupada por el cambio. Los mineros del carbón, sin embargo, están inquietos porque temen el cierre de minas y fábricas". Esta materia prima es una de las que más gases de efecto invernadero vierte a la atmósfera.
La posición de la población española en general no es clara ni está bien estudiada. De hecho, el CIS no ha formulado en los últimos años una pregunta directa del orden: ¿cree usted que el hombre es el responsable del cambio climático?, ¿cree usted que la temperatura global al aumenará hasta 4,5 grados centígrados a finales de siglo como predican muchos científicos? "La sociedad española en general no se entera. Algunos se creen que si este año no ha hecho frío, ya no hay cambio climático", dice el catedrático de física.
Pero no todo el mundo lo ve así
"Los españoles han despertado más tarde pero ya son sensibles. Practican cada vez más una serie de actitudes como ahorrar en el consumo energético", dice la directora gerente de la Fundación Entorno. Gaviría está de acuerdo: "la sensibilidad de los españoles ha crecido mucho, pero desgraciadamente luego no hay coherencia a la hora de tomar medidas a título individual". El sociólogo se refiere al uso abusivo del transporte rodado, el despilfarro de luz y agua o la pasión por viajar en aerolíneas de bajo coste.
Lo que sí parece fuera de todas dudas es que nuestra conciencia medioambiental está a la par del resto de países de Europa meridional luego por debajo de Alemania y Reino Unido y que los defensores de cambio climático y por la misma reglas de tres, sus detractores se dan tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político. Y esta tendencia a la desideologización se acentúa. La imagen del ecologista hippy y barbudo apenas se sostiene en España.
El debate se 'recalienta'
En todos los partidos políticos hay voces a favor y en contra del cambio climático.
La sociedad española en su conjunto ha despertado tarde al fenómeno pero ya está más sensibilizada. En los sindicatos, los dirigentes creen más en el recalentamiento que los militantes.
La mayoría de empresarios no cree en el fenómeno, aunque muchos empiezan a ver que los nuevos tiempos ofrecen nuevas posibilidades de negocio.
La ideología, ser de izquierdas o de derechas, es un factor cada vez menos importante a la hora de emitir una opinión. La 'conciencia medioambiental' de los españoles es menor a la de alemanes e ingleses.