Las decisiones sobre nuevas infraestructuras energéticas en el Reino Unido están hoy un paso más cerca, tras la presentación por el ministro de Energía y Cambio Climático, Ed Miliband, ante el Parlamento, de los proyectos de documentos que confirman la necesidad nacional de una energía segura con bajas emisiones. El ministro habló además de una ambiciosa nueva política para la transición al carbón limpio.
Las Declaraciones de Política Nacional (National Policy Statements o NPS en sus siglas en inglés) ahora presentadas, coincidiendo con la comparecencia parlamentaria del ministro, son una parte vital de las reformas que van a eliminar retrasos innecesarios en la autorización de los grandes planes energéticos. Serán la base sobre la que, a partir del próximo mes de marzo, la nueva Comisión de Planificación de Infraestructuras (Infrastructure Planning Commision) tomará las decisiones de autorización de cada uno de los planes presentados.
Para cumplir nuestro objetivo de bajas emisiones y dada la intermitencia del viento, necesitamos una capacidad de generación mucho mayor a largo plazo. Un tercio de esa mayor capacidad futura se debe aprobar y construir en los próximos quince años, hasta 2025. Y aunque ya hay propuestas para construir más infraestructuras energéticas, necesitamos más para acercarnos a un futuro de bajas emisiones. Las NPS incluyen directrices claras para una expansión masiva de las energías renovables, un nuevo programa nuclear basado en los diez lugares considerados como adecuados para las nuevas centrales y un programa de demostración de las tecnologías de carbón limpio, es decir, carbón mineral cuya combustión produzca menos emisiones de CO2.
El ministro Ed Miliband declaró: La amenaza del cambio climático significa que tenemos que hacer la transición desde un sistema basado fundamentalmente en combustibles fósiles con fuertes emisiones de CO2, a un sistema radicalmente distinto basado en la energía nuclear, las renovables y el carbón limpio. También debemos mejorar nuestra seguridad energética. En un mundo en el que disminuyen nuestras reservas en el mar del Norte, la diversificación energética con bajas emisiones es la estrategia para una mayor seguridad energética, menos vulnerable a las fluctuaciones de disponibilidad de cualquier tipo de combustible.
Al explotar las nuevas tecnologías estamos creando también nuevos puestos de trabajo y crecimiento verdes, sin emisiones, en el futuro sector energético del Reino Unido. Pero nuestro actual sistema de autorizaciones es una barrera para ese cambio. Es un proceso de planificación que puede tardar años en tomar una decisión y no sirve ni a los intereses de la seguridad energética, ni a los de la transición a una economía de bajas emisiones, ni a los de la gente que vive en zonas en las que se puede construir infraestructuras.
Por eso estamos iniciando una reforma fundamental de ese sistema de autorización, que va a dar lugar a un proceso más eficiente, transparente y accesible. Nuestro nuevo marco político para el carbón limpio va a orientar el desarrollo de la captura y almacenaje del CO2 (CCS en sus siglas originales), que será esencial para reducir el impacto sobre el medio ambiente de las centrales eléctricas de carbón.
Se han publicado seis Declaraciones de Política Nacional, una general y una para cada uno de los siguientes sectores: combustibles fósiles, energía nuclear, renovables, redes de distribución y oleoductos y gasoductos, además del documento definitivo del Gobierno sobre Desarrollo del carbón limpio.
El nuevo sistema será más rápido y justo para todos los implicados:
- Las decisiones sobre las propuestas de instalaciones de más de 50 MW (100 MW para las centrales eólicas marinas) se reducirán de dos años, y a veces incluso a un año.
- Se dará más oportunidades a las entidades locales y al público para que expresen sus puntos de vista.
- Se ahorrarán hasta 300 millones de libras al año en gastos innecesarios por parte de la industria británica.
- Renovables: el parque eólico de Scout Moor, de 65 MW, tardó casi dos años en conseguir el permiso de construcción. El de Fullabrook, de 66 MW, tardó más de tres años.
- Nuclear: la central Sizewell B tardó seis años en obtener el permiso de construcción, costó 30 millones de libras y solo se dedicaron a temas locales 30 días de los 340 que duró la consulta. El nuevo sistema dará más oportunidades a los vecinos de las nuevas centrales.
- Almacenamiento de gas: para los depósitos de gas de Presall, con una capacidad de 1.020 millones de metros cúbicos (20% de su capacidad actual de almacenamiento), se solicitó permiso de construcción en noviembre de 2003. El CLG (Comité Parlamentario de Gobiernos Locales) rechazó una apelación en octubre de 2007, es decir, tardó cuatro años.
- Redes eléctricas: la renovación de la red North-Yorkshire, una importante mejora de una línea de alta tensión, tardó 96 meses en conseguir el permiso. Éste es un ejemplo de infraestructura eléctrica sin generación que puede causar importantes retrasos en proyectos dirigidos a mejorar la seguridad del suministro.